viernes, 7 de septiembre de 2012

La esencia de la delicadeza: la poesía en movimiento de Josep Font.


Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.
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Federico García Lorca (1898-1936) Poeta y dramaturgo español.

Habíamos quedado en la Calle Don Ramón de la Cruz. Eran las 6 de la tarde cuando le vi aparecer.
Era alto, moreno, delgado. Me invitó a tomar algo en un bar cercano, ambos pedimos Coca-Cola.
Hablamos sobre moda y costura, y me hizo algunas preguntas acerca de mi profesión. No puedo decir que fuese exactamente guapo, pero me gustaba, era educado, culto, tenía una mirada sincera, era de ese tipo de personas que te hacen sentir a gusto porque son claras y transparentes, y transmiten paz y calma. Me comentó que mi físico se ajustaba mucho al tipo de mujer que le inspira, femenina, con un aire de ninfa, un poco aniñada. Nos despedimos y me dijo que esperara su llamada. No volví a tener noticias suyas.
Años después me enteré de que había tenido algunos problemas con la firma que llevaba su nombre y había sido retirado de ella, me dio pena, siempre me ha resultado muy extraño que los nombres de las personas se conviertan en marcas y sobre todo que las marcas puedan continuar con ese nombre sin ellos, para mi es un poco como robarles el alma.
Dos años después de aquello, él se ha hecho cargo de continuar el legado que nos dejó el gran diseñador Jesús del Pozo, que falleció en agosto del pasado año 2011. Como no podía ser de otra manera su primer desfile para Delpozo, como se llama este nuevo proyecto, ha sido mágico y delicioso. Y es que a Josep Font se le nota la sensibilidad nada más verle, la elegancia, la delicadeza. He estado varias veces en la antigua pasarela Cibeles ayudando a preparar desfiles y he asistido a varios de ellos como espectadora y siempre me hice la misma pregunta, ¿por qué celebrar los desfiles en un lugar tan inapropiado?  Yo siempre me imaginé un desfile en el jardín de un palacio y con música de cámara, algo romántico, bonito, maravilloso, como un cuento de hadas o como un baile del siglo XVIII o XIX. Parece que Josep pensó lo mismo y decidió realizar su desfile en los jardines del Capricho junto a un palacete, sirviéndose del acompañamiento musical de la banda The Chinese Birdwatchers. A éstos les conocí en Coccole & Co, una tienda efímera en la que estuve exponiendo y vendiendo las creaciones de mi marca Starkefashion. Y la verdad es que me enamoraron por su buen gusto y su sutileza, me parecieron muy buenos músicos y con una propuesta muy interesante. Pero mejor dejo que se definan ellos mismos:

En la China actual, en pleno crecimiento frenético, se han diluido tradiciones milenarias como la de sentarse a observar pájaros. Un artículo publicado en la revista The Economist puso nombre a esta banda formada en 2009. Un título tan poético en una revista sobre economía llamó nuestra atención, sobre todo porque describe a la perfección la soledad de quien aprecia los detalles y la quietud aún dentro del contrarreloj del día a día.

Y es que The Chinese Birdwatchers lo componemos cinco locos con muchos pájaros en la cabeza y con un amor enfermizo por los detalles y, por supuesto, por la música. 
Así nació el grupo: 
En 2008, los caminos de Jorge Sierra y Nacho Rupérez se cruzaron por casualidad y, a pesar de los diez años de edad que les separan, congeniaron musicalmente. 
A ellos se unió más tarde el hermano gemelo de Jorge, Raúl Sierra y la mujer de éste, la cantante norteamericana Heather Jo'Wel. El grupo terminó de formarse con la llegada de la violinista Iria Armesto. 
El resultado de esta unión es una mezcla de poesía, folk, surf, bossa nova y rock que suena como un viaje en carretera por el desierto americano.
Violines, un viejo contrabajo, trompetas, saxos y guitarras confluyen en un formato acústico que han presentado no sólo en salas de conciertos, sino también en galerías de arte, azoteas, salones particulares y hasta en una peluquería. Porque lo importante es tocar y para eso cualquier sitio es bueno.
En definitiva, The Chinese Birdwatchers somos una extraña familia que suena a esto y a todo lo contrario.
Este año han presentado su primer disco. 

Esta es una de sus canciones. 

 


Sin duda alguna, la elección musical de Josep Font ha sido todo un acierto y una oportunidad para este grupo para darse a conocer. Ese tipo de uniones de perfecta simbiosis, yo te aporto, tú me aportas y los dos ganamos me resultan sencillamente maravillosas y me hacen muy, muy feliz. 

Josep Font nos cuenta en esta interesante entrevista de S Moda, el suplemento de moda que publica cada sábado el periódico El País, cómo es su manera de crear. Cada colección parte de dos o tres temas diferentes cuya conexión aparentemente es muy complicada, como resultado de esto hay que profundizar mucho en ellos para acabar encontrando nexos en común. En el caso particular de la primera colección de Delpozo él planteó un juego de contrastes entre las elaboradas formas de la alta costura y la ingenua feminidad de las menonitas, una comunidad religiosa, presente en casi todos los estados mexicanos, con una muy particular forma de ver la vida y de sentir la estética. 


Imagen de unas menonitas.
El resultado es una colección muy parisina, femenina y sofisticada, y también un poco naif, con algunas reminiscencias orientales, con volúmenes muy trabajados, (no por nada Font estudió arquitectura), y tejidos muy ricos que en ocasiones van adornados con aplicaciones y lentejuelas. 
Estos son algunos de los looks que más me han gustado. 
















Si tengo que definir de alguna manera este desfile diría que es pura poesía de los sentidos. 
Y creo que he descubierto el ingrediente secreto de Josep, que no es otro que el amor, el amor que Josep siente por muchas cosas: por la alta costura, por las cosas bien hechas, por la música, por la naturaleza, por la mujer, por la belleza... En definitiva, por la vida y cada instante mágico, feliz o nostálgico que ésta nos ofrece. ¿Se puede pedir más?



Aquí tenéis el vídeo del desfile. Espero que disfrutéis con él como yo lo he hecho.


Ya solamente me queda decir: 
Josep Font, fue un auténtico placer conocerte.
Gracias por tanta belleza.


Besos. 

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